Mensaje domingo 21 de septiembre 2008
CAMINO A LA LIBERTAD
Base bíblica: Juan 8:31-36
Propósito
Que recibamos la libertad que Jesús nos ofrece, de todo aquel pecado que nos ata y nos hace esclavos, por lo cual no vivimos una vida plena en Jesús.
Salimos a la calle cada día y vamos adonde queremos porque no hay barrotes, como los de una celda en una cárcel, que nos lo impidan. Y creemos que vivimos en libertad. Pero Jesús nos dice: “Todo aquél que hace pecado, esclavo es del pecado” (Juan 8:34). No estas libre si estás en pecado. Estás en una total esclavitud y quizá no lo sabias.
Quizá eres esclavo no por lo que tú hayas hecho en los años que el Señor te ha permitido, sino porque alguien de tu casa ha hecho pecado y ahora ese pecado te persigue. O tal vez porque no le has confesado al Señor todos tus pecados.
Para saber si eres esclavo o libre quisiera que reflexionáramos en estas diez preguntas:
- Padeces alguna enfermedad hereditaria?
- Consideras que el carácter es igual al de tu padre o madre?
- Alguna vez has pensado en suicidarte
- Tienes arrebatos de ira incontrolables?
- Te has divorciado alguna vez?
- Sientes que no eres feliz?
- Visitaste alguna vez algún brujo?
- Tus padres son o eran idolatras?
- Rezaste alguna vez al diablo?
- Guardas algún objeto de tu pasado?
Si contestaste afirmativamente a alguna de estas preguntas necesitas CAMINAR A LA LIBERTAD que sólo en Cristo encontraras.
La mayoría de las veces nos están ocurriendo cosas inexplicables en nuestras vidas o en las de nuestros hijos.
Es hora de que rompamos toda maldición que haya en nuestras vidas y Caminemos a la libertad, que sólo Cristo nos ofrece.
¿Cómo resolver esta situación en nuestras vidas?
- Si tú quieres ser libre…
- Si quieres caminar a la libertad…
Veamos lo que las Escrituras en este pasaje del Evangelio Según San Juan nos enseña:
I.- Para ser libres necesitamos un primer requisito: Creer en Jesucristo.
Juan 8:31 “Dijo Jesús a los judíos que habían creído en él…”
Tienes que creer en que él es libertador, en que él es sanador, en que él tiene toda la potestad para hacerte libre. No hay nada que se le resista, pero en cuanto a pecado tú tienes que entregarle tu pecado y dejar que te haga libre. El es un caballero, y si tú le dices no, el no entrará a tu vida para darte la libertad. No lo dejes fuera. Considéralo en todos tus caminos.
II.- El segundo requisito es: permanezcan en mis palabras…
Juan 8:31 “…si vosotros permaneciereis en mis palabras…”
Para el que permanece en su Palabra hay muchas bendiciones, pero para el que la pasa por alto la maldición vendrá sobre él.
Deuteronomio 6:10 al 25 nos habla de las bendiciones de la obediencia, y son muchas.
¿Quieres ser libre? Oye los decretos, guárdalos y ponlos por obra.
Aléjate de todo mal. De todo aquello que no agrada a Dios. ¡Resiste al diablo y huirá de ti!.
No traigas cosas abominables a tu casa (Deut. 7:25-26). Di no a esculturas de ningún tipo (la muerte, santos ni vírgenes, fetiches, figuras de dioses –como Buda-, amuletos, etc..). ¿Quieres seguir preso? No obedezcas. Deut. 28:15 al 68 es una lista de todos los males que pueden venirnos si desobedecemos.
Permanece en su Palabra. El que permanece en su Palabra es verdaderamente su discípulo. No seas más un discípulo falso.
III.- El tercero es: conoce la verdad y practícala.
Juan 8:32 “Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres”
Conoce la verdad para practicarla. Ponla por obra en tu propia vida. No seas solamente oidor, sé hacedor de la Palabra. Los fariseos eran oidores, pero no hacedores de los mandamientos.
IV. Evita la auto justificación
Juan 8:33-35
Los judíos habían sido en varias ocasiones esclavos. Y ahora eran esclavos de Roma y lo negaban. Negaban asimismo estar presos en sus delitos y pecados.
Jesús vino a dar libertad a los cautivos, pero ellos no se consideraban presos de nada ni de nadie. Triste condición la del hombre. Estar en prisión y negarlo, y sentirnos libres cuando en realidad estamos muertos en nuestros delitos y pecados.
V.- La libertad a tu vida de servidumbre al pecado solo vendrá por la libertad que sólo el hijo puede darte.
Juan 8:36 “Así que, si el hijo os libertare, seréis verdaderamente libres”
Jesús quiere darte la libertad hoy
Jesús quiere romper toda maldición ancestral sobre ti y los tuyos
Jesús no sólo llevo nuestros pecados y enfermedades, sino también la maldición que se cernía sobre nuestras cabezas.
El es el Camino a la libertad
Sólo sigue estos pasos:
1. Arrepiéntete hoy de tu pecado, apártate de él y no vuelvas más a practicarlo.
2. Cancela con tu boca todo lo que hayas dicho que haya estado mal
3. Reemplaza tu mala confesión por la confesión correcta. Reemplaza el “estoy enfermo, no tengo cura” por “estoy sano por Cristo”, el “soy un perdedor” por “tengo la victoria en Jesús”